V 27 Kangas Mountain, crónica por Félix





Participantes Félix Kiko y Alfonso.

3 de marzo 2018. V 27Kangas Mountain.( Crónica por Félix) 

 Quinta edición de esta carrera, de esta 27Kangas Mountain, de esta carrera de gran popularidad, de gran nivel nacional, de esta carrera enmarcada en Onís, la que abre la temporada, la de los 3 picos, la que acaricia el Sella y sus afluentes, la que sube por senderos, por pinares, por escarpados caminos, la que sufre y hace sufrir. La carrera del puente, la de la gente, la de la emoción, la del dolor, la de la alegría. 

 Se empieza a trotar por El Arbolín con sus 560 metros. para luego deslizarnos de nuevo a Cangas para sentir el fervor de los paisanos al paso por los adoquines romanos del icono de un pueblo, del símbolo. 
 Pasado el puente hay que apretar para no perder la hilera de corredores. Tiran de mi como dos motores diesel, dos cangueses, viejos conocidos de hace justo un año. Dos atletas que no ceden en estos tramos con barro. Ramas de haya por arriba, raíces de castaño por abajo, nuestra fuerza se pone a prueba. Nuestro cuerpo pide pausa pero no es posible, no se la concedemos. Subimos y bajamos, no sé donde termina ese cuesta o comienza esa bajada. 
 Así pasamos ese Collado, de nombre L’Andrín. 408m.a. El aperitivo para el plato fuerte. El que templa nuestros cuerpos para desafiar la última dificultad. La que empieza agitando nuestro espíritu en otro puente. La carrera que nos suspende en el aire, agita nuestras almas sobre la vida que serpentea por el fondo de los valles. 
 Las piedras por las que subimos al último de la trilogía se estremecen con nuestros pasos. Nos hacen retroceder. El paso atrás sigue a los dos que avanzan. Oteamos la cima,  arriba, como pensando que llegaremos antes si miramos mas repetidamente. Pero se supera, y se supera con ganas de seguir, y subimos aún más hasta esos 700 m. No es la cima más alta del mundo, claro que no, pero es el objetivo que todos ansiamos. Y llegamos, y alcanzo a más compañeros, más amigos, más caras alegres y consternadas, y veo espaldas bajar para buscar la fuerza necesaria y veo bastones clavarse en la tierra y pedir su empuje. Noto calambres y también los notan todos los que me siguen. Unos se paran, otros se frenan. Pero nada nos hace dejar de correr. Ahora monte abajo. Y saltamos y cerramos los ojos frente al sol que nunca ha dejado de acompañarnos. Y estos 600 corredores superamos tramos peligrosos, en los que se tendría que caminar con la relajación que requiere la quietud del paraje, pero nosotros no estamos para eso, estamos para devorar los últimos kms. No hay ya pensamientos para otra cosa que la meta. Los músculos ya no se acalambran. El fin olvida el dolor.
 Y el premio llega, llega para agotar los 31 kms y 3800 m d.a. Se para el luminoso en 3h 37’, justo para dar la mano al speaker, para agradecerle sus palabras de ánimo. Para devolver los aplausos a la gente que hace posible esta carrera. Os lo agradezco desde mi puesto 44º. Un número entre muchas intrahistorias, Un numero pero mucho más. 
 Un abrazo y hasta la próxima!












Fotos cortesía de MV Foto, PP Heres, Maria W, Titto Velusi, Gilber Tomás

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